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viernes, 6 de septiembre de 2013

EL CUPO DE LAS SORPRESAS


Hacía tiempo que las sorpresas habían  pasado a un segundo plano en mi vida. Poco o nada conseguía asombrarme a estas alturas de lo andado.

Aquella tarde lo consiguieron dos cosas: la  primera, una lluvia torrencial que me obligó a buscar cobijo bajo una cornisa en aquella histórica plaza. La segunda, una mano tendida hasta mí acompañada de una voz que me sacaron de mis pensamientos claroscuros. Bajo un paraguas negro unos ojos me invitaban a un presente no esperado.

¿Cuándo dejé que los halagos y los piropos se perdieran por las esquinas del tiempo? Su frase insistente rezaba una y otra vez como un susurro hasta que me vi alargando mi mano para aferrarme a la suya.

Recelosa miraba de reojo a aquel hombre, no era un adonis, sin embargo, había algo que me atraía, me dominaba. Aceptaba sin protestas cada una de sus indicaciones. Cruzamos la plaza, entramos en una cafetería y ocupamos una mesa, la misma que minutos antes había abandonado para acudir en mi ayuda. Un café frío, un libro abierto boca abajo, una chaqueta sobre el respaldo de la silla… todo indicaba a que ese había sido su observatorio particular y desde allí había presenciado mi resguardo.

Era extranjero como yo en aquella tierra. No quiso contarme de qué huía y yo me negué a exponerme. La última vez que lo hice no acabé bien parada. Hablamos de las suposiciones, las probabilidades, los sueños, los futuros inventados, todo y nada decía  de nosotros. Solo hubo una verdad además de nuestros nombres: un acierto habernos encontrado.

¿Cómo un extraño se convierte de pronto en alguien cercano?

Descubrí una mirada sincera tras una bonita sonrisa y una complicidad inusual en mí. ¿Fue la conversación?  ¿Las bromas?  ¿Las coincidencias?

Fuera como fuese, me precipité en salir corriendo en cuanto me percaté de ese estado de bienestar. Hacía rato que la lluvia dejó de mojar la tarde, así que agradecí el gesto que había tenido y me despedí con una excusa tonta.

Me dio su dirección, su teléfono, su e-mail, la oportunidad de volvernos a encontrar. Yo…, solo di mi dirección, ese sendero ya lo conocía y no quise prometer nada. Dos países, dos idiomas, dos culturas y miles de kilómetros de por medio. Me despedí.

No volví a verle en aquella ciudad durante los días siguientes, no le pregunté hasta cuándo se iba a quedar, así que no busqué ni esperé.

Al cabo de unos meses volví a mi país, a mi ciudad, mi casa, mi mundo. El trabajo allí había acabado, así que me tocaba aguardar hasta mi próxima misión. El tiempo pasaba y yo lo perdía vagueando hasta que llegó Navidad, entonces surgió un nuevo destino: Dublín.

¿Qué me esperaba? En esas estaba cuando el telefonillo sonó y una voz familiar entonó una frase más que conocida, la misma que no puede olvidar en todos estos meses.

¿Desde cuándo las sorpresas se estaban instalando en mi vida?
Abrí la puerta para dejar entrar a la incertidumbre y a todo un mundo de oportunidades. Y en aquel umbral me abracé a un futuro incierto, dejando de luchar contra el destino. Por esta vez le dejé ganar.



29 comentarios:

  1. Así de peligrosas son las sorpresas, caen cuatro gotas y ya te han cambiado la vida. Con lo tranquilo que está uno viendo el mismo programa de la tele...

    Abrazos, siempre

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    1. Nunca sabemos cuando se presentan, si con la lluvia o en el programa de la tele.
      Jajajaja, ya se sabe Amando, cuando menos te lo esperas...
      Un fuerte abrazo.

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  2. Amiga Auroratris... He sentido mucho la falta de venír acá y leerte....Mejor, nunca he dejado de hacerlo. Dejo de poner mis palbritas acá, pero no dejo de leerte. És así la vida.
    El tema de la entrada me invitó a escribirte... Espero que mi visita sea otra buena sorpresa. Besitos muchos... y buén fin de semana.
    Que la vida te haga siempre bellas sorpresas. Siempre!

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    1. Has acertado Integral, es una gran sorpresa leerte y saber que me sigues. Tu huella siempre es un placer y lo sabes.
      Gracias por hacerlo y te deseo lo mismo, amigo.
      Un abrazo.

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  3. Un relato que probablemente se materialice en más de una vida, esperar a la lluvia y encontrar un momento de acercamiento puede resultar una oportunidad definitiva para albergar esperanzas en dos personas que caminan vacías. Un abrazo.

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    1. Un día un elemento nos invite a que dos vidas vacías, grises y apagadas se encuentren y se den una oportunidad.
      Gracias Lumi por tus palabras, siempre acertadas.
      Un abrazo.

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  4. Qué lindo texto de esperanza,y de segundas oportunidades! me ha encantado!

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    1. Gracias Luni, la vida siempre nos las ofrece, de nosotros depende tomarlas o no.
      Un fuerte abrazo.

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  5. Con tranquilidad y enganchado, he leído gustoso este micro que evoca un momento casual y mágico, de aquellos de película.
    Besos, Aurora

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    1. A veces la realidad se mezcla con la ficción, cuántas veces hemos soñado con un encuentro que nos despierte y nos devuelva las ganas de esperar?
      Gracias amigo Luis por tu tiempo.
      Abrazos.

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  6. Me gustan las sorpresas... Lo que más me mató en un tiempo fue pensar que lo cotidiano, vestido de gris y ceñudo, se había instalado en mi vida.

    Besos.

    P.D. Como sé que hay segunda parte la espero expectante.

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    1. A mí también me gustan, jajajaja, aunque rara vez se presentan ya.
      Mi vida está envuelta en un halo de comodidad y sopor.
      Eres una privilegiada y lo sabes, querida mía.
      Pronto subiré esa segunda parte.
      Un fuerte abrazo, mi Gondo.

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  7. Me gustan las sorpresas, endulzan la vida, o la sazonan
    Buena historia
    Un beso

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    1. Podríamos formar un grupo, lo llamaríamos el club de las dulces sorpresas, son las que más nos gustan compañera, jejeje.
      Gracias por tu paso, te dejo un abrazo 40añera.

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  8. Abramos las puertas a las oportunidades, debemos ser positivos ante la vida, y las sorpresas lloverán del cielo.

    Me ha encantado tu entrada.

    Un beso, preciosa.

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    1. Siempre hay que caminar con positivismo, quedarse con lo bueno y seguir sorprendiéndonos, aunque no llueva todos los días.
      Agradezco mucho tu visita, María.
      Un abrazo.

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    2. Yo también agradezco mucho tus visitas a mi blog, Auroatris, es un placer tenerte en mi rincón.

      No tienes nada nuevo pero te dejo un besazo.

      Muacksss.

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    3. Otro muackss que te mando. Cuelgo la segunda parte en breve. Ainsss, me faltan horas.

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  9. LA VIDA ES IMPREDECIBLE Y LAS OPORTUNIDADES APARECEN AUNQUE A VECES NO TENGAMOS TANTA ESPERANZA. HAY QUE VIVIR AQUELLO QUE SE NOS PRESENTA CON TODA FELICIDAD SIN PENSAR TANTO.

    ME GUSTO MUCHO, EXCELENTE TEXTO.
    BESITOS

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    1. Vivir, las oportunidades no hay que dejarlas escapar ¿quién sabe si habrá un mañana? Aprovechar los momentos y no pensar, tú lo has dicho Luján.
      Gracias por venir, amiga.
      Un abrazo.

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  10. Y de pronto con cuatro gotas te cambia el rumbo y el destino sin darte cuenta. Como dicen por ahí: "los caminos del Señor son inESCROtables"...jaja.

    Un besoooooooo

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    1. Nadie sabe lo que nos depara el futuro, así que... acojámonos al presente. Huy, qué caminos más raros tiene ese Señor!!! jajaja.
      Gracias por animar mi camino, toc.
      Un fuerte abrazo.

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  11. El destino o lo que sea aparece. Esta vida no para de dar vueltas.
    Me gustó porque da la idea de que al destino no fácil darle esquinazo. :)
    Besos, querida Aurora.

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    1. El destino, es como un adolescente cabezón y chulesco, si se empeña en algo... lo consigue tarde o temprano.
      Gracias Ohma por tus palabras.
      Un besazo, corazón.

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  12. OHHHHHHHHHH... qué me gustan estas historias!!! voy a por la versión de él... amos no me la pierdo!! precioso!!!
    voy voy voy...

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    1. Jajaja, ya lo avisé en su momento, soy romanticona hasta la médula.
      Gracias amiga, por tus letras.
      Bss

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  13. Esta entrada va con la siguiente, que ya te he comentado. Me encanta también, como no podía ser de otra manera, la versión de ella.
    Aprovecho para pedirte que le digas a ese señor tan majo que vive contigo que publique algo nuevo en su blog, porque sus seguidores lo esperan desde hace tiempo. Se lo iba a escribir a él, pero lo mismo ni se pasa a mirar los comentarios.

    Un abrazo

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    1. Hecho, le transmitiré el mensaje!! A ver si se anima a escribir más, es toda una eminencia con las palabras.
      Gracias querida mía.
      Abrazos.

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